Las plantas de la belleza.
La ciencia cosmética, alejada durante años de la naturaleza, vuelve hoy a ella para demostrar en el laboratorio que muchos de los ingredientes más modernos y efectivos se encuentran en plantas que popularmente se han utilizado desde tiempos ancestrales.
Fueron los egipcios quienes prepararon las primeras mascarillas, cremas, lociones, dentríficos y perfumes como el agua de rosas. Con aceite de almendra, lino y aguacate se eliminaban los efectos negativos del viento y el sol. El tilo o el rábano se usaban para corregir imperfecciones de la cara. La piel tiene un gran poder para absorver los principios activos de las hierbas, frutas y hortalizas y provocar así una recuperación rápida de los tejidos.
Antes de que la ciencia y los grandes laboratorios estudiaran y comercializaran estos productos las “recetas” se elaboraban individualmente e iban pasando de generación en generación. Para la caída del cabello, por ejemplo, se ha usado el ajo y también el mirto.
Los árabes decían que “las hojas de Mirto frescas, machacadas y puestas a macerar en aceite de oliva durante 3 semanas al sol, impiden la caída del cabello”. De casi todas las plantas se puede sacar algún beneficio. El aceite de almendras alimenta la piel. Muchas mujeres embarazadas se untan el vientre con él para evitar la aparición de estrías. La gran mayoría de las plantas tienen propiedades cosméticas, sólo hay que saber usarlas.
Avena para todo el cuerpo
En los últimos años se ha puesto de moda como ingrediente principal de jabones de ducha, porque su riqueza en proteínas, vitaminas y minerales, le confiere propiedades suavizantes, nutritivas e hidratantes que resultan ideales para todo tipo de pieles. Con su harina se pueden preparar fácilmente todo tipo de cremas y mascarillas caseras. Una aplicación rápida y sencilla es añadir al agua templada del baño dos tazas de harina de avena, que además también te servirá como tratamiento adicional en caso de dermatitis o eczema.
Romero, té verde y ginkgo biloba, antirradicales libres
El romero se ha utilizado tradicionalmente en la composición de lociones como reconstituyente de la piel y en el baño para mantener su frescura, tonificándola e hidratándola. Pero recientes estudios demuestran su eficacia como preventivo de la oxidación de las grasas, la formación de oxicolesterol y la posible alteración de las membranas celulares, debido a su contenido en antioxidantes, que atenúan los daños que causan los radicales libres. También el té verde es eficaz en este sentido. Sus catequinas de acción antioxidante y polifenoles, protegen los tejidos corporales de la oxidación.
Por su parte, se ha demostrado que los bioflavonoides del ginkgo biloba bloquean la génesis de superóxido, uno de los principales radicales libres derivados del oxígeno.
Complementa tu dieta con: Romero; o Infusiones de té verde (para que el té tenga un máximo de catequinas déjalo en infusión de cinco a diez minutos, verás que queda más áspero, pero es debido a que contiene más taninos); o extracto de gingko biloba. Se toman de 15 a 30 gotas en un vaso de agua o infusión, de 1 a 3 veces al día.
Las exóticas aguacate, jojoba y karité
Hasta hace pocos años, los científicos dedicados a la investigación cosmética intentaban suplir la pérdida de proteína dérmica que provoca las arrugas con colágenos y elastinas de origen animal, pero actualmente la reemplaza con proteínas vegetales entre cuyas fuentes de extracción comunes se destaca el aguacate, la jojoba y el karité. Con estas plantas como base, cuyos aceites insaponificables han demostrado actuar beneficiosamente sobre el colágeno aumentando la elasticidad de la piel, se formulan emulsiones grasas muy nutritivas, especialmente indicadas para cutis secos, que también los protegen de los agentes climáticos, una muestra es la Crema facial hidratante de día Alva .
Reparadoras contra las estrías
Tepezcohuite, Rosa mosqueta y centella asiática
Encontrarás los extractos de estas dos plantas en muchas fórmulas cosméticas de acción antiarrugas-antienvejecimiento por sus propiedades reafirmantes, reparadoras y regeneradoras celulares.
Concretamente el tepezcohuite es extensamente utilizado por los médicos rurales de México desde el tiempo de los Incas, debido a sus propiedades antisépticas, revitalizantes y cicatrizantes, demostrando su eficacia como restauradora y regeneradora de la piel mejorando las estrías y las arrugas.
La centella asiática, también conocida como Gotu Kola, se viene utilizando históricamente en la medicina india y china. También favorece la cicatrización gracias a la presencia de sustancias regenerativas como la alantoína o el asiaticósido, y de triterpenoides, que parecen estimular la formación de colágeno y la reparación de los tejidos. Por otro lado, el aceite de Rosa mosqueta, es considerado hoy día como uno de los regeneradores dérmicos más poderosos que existen. Asombrosamente, la aplicación continuada de este aceite atenuaba de manera efectiva cicatrices, estrías y arrugas, contribuyendo a rejuvenecer la piel.
Para los problemas leves de la piel
La clásica Caléndula, Aloe vera y Rosa mosqueta
Por su acción suavizante, calmante y descongestiva, se utiliza en pieles sensibles y como tratamiento general de las dermatitis (irritaciones, escoceduras de la piel…) aliviando rápida y eficazmente. También suele encontrarse en la formulación de productos destinados a la cicatrización de heridas y preparados calmantes del sol. Debido a su riqueza en mucílagos el Aloe tiene una gran capacidad para retener agua. A la vez que hidrata, suaviza y nutre la piel.
También dispone de un poder antialérgico, calmante y antiinflamatorio. Nos será útil su aplicación en pieles atópicas con tendencia a la alergia, en picaduras de insecto, quemaduras, como loción para después del sol, para evitar la irritación después del afeitado o incluso después de la depilación.
En el caso de la Rosa mosqueta, su aceite previene y corrige el fotoenvejecimiento y los problemas cutáneos debidos a las radiaciones solares a través de la autogeneración de melanina. Redistribuye la pigmentación permitiendo la eliminación de manchas solares, así como las producidas en los casos de acné, varicela o viruela, disimulando la hiperpigmentación producida por las cicatrices.
Bardana y tomillo
Puesto que muchas alteraciones de la piel como el acné, están relacionadas con los órganos de drenaje (hígado, riñones…), en muchos casos es necesario depurar primero nuestro organismo. Para su tratamiento se utilizan principalmente dos plantas: la bardana, de acción depurativa y el tomillo, de acción antiséptica.
La bardana actúa potenciando la acción de las glándulas sebáceas, que están más activas durante la pubertad debido al cambio hormonal, y producen mayor cantidad de sebo. Una decocción caliente de raíz de bardana, aplicada externamente calma y limpia la piel irritada. Internamente, es un buen remedio desintoxicante que acelera la eliminación de las toxinas de los tejidos a través de la piel, ya que provoca sudoración, y combate las infecciones cutáneas derivadas del acné.
Por su parte, el tomillo se utiliza contra el acné como solución antiséptica. Tomada en infusión actúa potenciando el sistema inmunológico contra las infecciones fúngicas, virales y bacterianas. Externamente, se utiliza su decocción concentrada en aplicaciones secantes, especialmente si hay infección o lesiones supurativas.
De aceites esenciales naturales se compone este Stick anti acné Alva .
Manzanilla calmante
Esta planta se ha utilizado tradicionalmente en la cosmética de las pieles sensibles y secas por sus propiedades descongestivas y suavizantes debidas a su contenido en aceite esencial y flavonoides. Si tu piel es extremadamente sensible a las inclemencias del tiempo, y muestra signos de enrojecimiento o irritación debidos al viento o al frío, por la noche, puedes utilizar la manzanilla para calmarla. Empapa una gasa o un algodón en una infusión templada, hazte aplicaciones locales y déjala actuar durante cinco minutos.
Onagra y Borraja, por dentro y por fuera
Para combatir la sequedad de la piel y la falta de elasticidad que se produce en esta etapa de la vida, los ácidos grasos esenciales juegan un importante papel, debido a que durante el envejecimiento nuestro organismo disminuye su producción usual, lo que provoca alteraciones en la piel y la aparición de arrugas. Diversos estudios prueban que estas alteraciones mejoran al suplementar la dieta con aceite de borraja, muy rico en un ácido graso poliinsaturado denominado gamma-linolénico (GLA), que actúa como un hidratante interno, fortaleciendo las células cutáneas y atenuando las arrugas profundas de la piel.
Los ácidos grasos del onagra y la borraja también actúan como precursores metabólicos de las prostaglandinas, unas sustancias que se forman en las membranas de la célula de ciertos tejidos y que ayudan a conseguir un equilibrio hormonal.
Los emplastos de aceite de onagra o borraja aplicados sobre un eczema, también son muy eficaces. Complementa también tu dieta con alguno de estos aceites.
Los rizomas de este helecho típico de determinadas zonas de Centroamérica, se utilizan para el tratamiento de la psoriasis. Su eficacia para combatirla ha sido confirmada y documentada clínicamente.
Fuente: estetica-natural.com
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